La barra libre a promotores de pisos turísticos es incompatible con el derecho de los gaditanos a vivir aquí. Punto.
O el PSOE rectifica su posición en el Pleno que vamos a convocar a principios de septiembre o no tendremos las herramientas en el Ayuntamiento para frenar la proliferación de pisos turísiticos.
Después de un año del primer intento de regulación, la proliferación de pisos turísticos, sin límite ni control, en suelo residencial va en aumento. El tiempo nos ha dado la razón, y cualquier a pie de calle sin tener datos por delante lo puede corroborar.
Como gobierno local lo tenemos claro y vamos a seguir haciendo todos los esfuerzos que estén en nuestra mano para conseguirlo. Por eso volveremos a llevar a pleno para primeros del mes de septiembre la propuesta de formulación de la Modificación del PGOU junto con la suspensión de licencias (moratorias).
Si hace un año era necesario, ahora se torna en urgente como digo, ya que los pisos turísticos lejos de bajar han aumentado en este año de crisis sanitaria, social y económica. Repito, ya advertimos en su momento de que esto se iba a dar, pero entonces la oposición al completo (PP-CS-PSOE) tumbó la propuesta argumentando que “no se debían poner trabas a los promotores ni a la inversión”. Les dió igual la ciudad y sus vecinos, tan sólo les importó defender los intereses de los promotores y la “satisfacción” de tumbarnos una propuesta.
Desde entonces hasta ahora hemos estado en permanente contacto con las entidades sociales y negociando con el PSOE con el objetivo de obtener el apoyo necesario para que la propuesta salga adelante. El PSOE tiene desde hace un mes la última propuesta que se acomoda a lo negociado, pero no responde.
Por eso, ante esta nueva estrategia dilatoria, ayer iniciamos la consulta pública previa como paso necesario para elevar el acuerdo de formulación de la Modificación del PGOU y la suspensión de licencias (moratoria) para primeros del mes de septiembre. No se puede dilatar mas.
Porque Cádiz necesita turismo, si, pero un turismo sostenible en lo social que permita a sus vecinos vivir aquí, no un turismo que expulsa a los vecinos de sus barrios e incide en que los precios de compra y alquiler sigan creciendo. Y un turismo sostenible también en lo económico, cuya oferta sea de calidad y genere empleo estable y en condiciones. Un turismo que desarrolle hoteles en suelo hotelero, y que no especule con el suelo residencial como hasta ahora.
El actual modelo sin límite ni control en suelo residencial tan sólo beneficia a quien viene a especular, hace que los barrios puedan perder su identidad, y que muchos vecinos y vecinas tengan que irse fuera.
Es el momento, no se puede perder ni un minuto más.