Según informa CFT a través de un comunicado, “ya al comenzar la pandemia por covid 19 en marzo de 2020, los ingresos por ventas de la sociedad que gestiona las dos cafeterías del centro (conducida por 5 socios que prestan también servicios como trabajadores) comenzaron a descender de forma notable, como le ocurrió de hecho a todos los negocios de hostelería en general.
Pero el golpe definitivo a su ya debilitada rentabilidad le llegó poco antes del verano, cuando la Gerencia del hospital cerro por completo la cafetería interior del centro (la del personal del hospital) para ubicar allí una cocina provisional, mientras se realizaban las obras de renovación en el servicio de cocina de la planta sótano, que duraron al final casi 6 meses.
Durante todo ese tiempo, la prestación del servicio de cafetería al personal del hospital se traslado temporalmente (o, al menos, así se “vendió” en su día) a la cafetería exterior del hospital, que era, hasta entonces, la cafetería de usuarios y familiares de pacientes. Como ya apuntábamos en una nota anterior, las dos principales consecuencias negativas de esa decisión fueron:
• Por un lado, otra nueva reducción brutal de ingresos para los trabajadores de la empresa que viene gestionando las dos cafeterías de nuestro centro (la de personal y la de usuarios).
• Y, por otro lado, la “expulsión” de los usuarios y familiares de pacientes al exterior de su cafetería habitual, donde, desde junio de 2020, se les viene atendiendo en una especie de terraza provisional azotada en invierno por los vientos y el frío y que ha sido causa, a su vez, de otro importante descenso de la ventas para los trabajadores/as de la cafetería.
Para tranquilizar a los 25 trabajadores/as de la plantilla de cafetería, la dirección del hospital manifestó en su día que al acabar el verano, cuando finalizase la obra de cocina, les devolverían las instalaciones de la cafetería interior para volver a abrirla e, incluso, al parecer, llego a firmarles comunicación garantizando lo anterior.
Pero, como ya sabemos por experiencia, nada vale menos que la palabra de un directivo del SAS, y muy en especial la de muchos de aquellos/as que “gestionan” a diario nuestro centro, porque lo cierto es que llegó septiembre y la cafetería no se devolvió; luego vino octubre y tampoco; el mismo panorama se reprodujo en noviembre y diciembre; y así se coló también 2021: con la cafetería interior cerrada a cal y canto y sin uso alguno, los usuarios tiritando de frío en la “terraza provisional” del exterior y los 25 trabajadores/as de cafetería estrangulados cada vez más por las deudas hasta el punto de tener que solicitar directamente ante el Juzgado de lo Mercantil de Cádiz la declaración de concurso de acreedores. Una decisión dramática y difícil de adoptar, pero que se veían obligados a emprender por la falta de soluciones desde la dirección gerencia del hospital.
La negativa de la dirección del centro a facilitar la viabilidad financiera del colectivo de trabajadores/as que gestiona la cafetería del hospital ha sido tan brutal y sistemática que no sólo se han negado a devolverles las instalaciones de la cafetería interior (como inicialmente les prometieron), sino que, además:
• No han dejado de cobrarles puntualmente el canon ni una sola vez desde el principio de la pandemia (3.200 euros todos los meses), cuando en otras administraciones y centros sí se ha hecho.
• Por no perdonar, no han perdonado siquiera el canon correspondiente a la cafetería interior que le han quitado desde junio, es decir, ¡el hospital les cobra por algo que en realidad no les cede!
• Tampoco han aceptado las leves subidas de precios para el personal que se le han planteado para igualarlos a los existentes en las cafeterías de otros hospitales de la provincia.
• Les abonan tan sólo 6 euros (más IVA) por cada menú que sirven al personal de guardia, pero, a cambio de tan exigua cifra, les exigen a la cafetería que utilice productos de primerísima calidad para elaborarlos.
• Y tacañean todos los meses con el pago de esos menús para el personal de guardia (unos 6.000 euros por semana), retrasando su pago y restando de su cuantía el importe de canon que les siguen exigiendo sin consideración alguna.
En definitiva, toda una manifiesta estrategia de acoso y derribo, cuyas terribles consecuencias han sido, como ya hemos dicho, la declaración en Concurso de Acreedores de la sociedad que gestiona la cafetería y el riesgo de un posible escenario de liquidación, si el administrado concursal designado por el Juzgado (que, por cierto, pertenece a un despacho de Valencia) no es capaz de alcanzar un convenio aceptable con los acreedores. Si ello sucediese, la cafetería tendría que cerrar y sus 25 trabajadores/as se verían empujados al desempleo por culpa de la política de boicot y estrangulamiento económico impulsada por la dirección de nuestro hospital.
Por todo ello, desde las Secciones Sindicales de Autonomía Obrera y CGT exigimos:
Primero. Que se vuelva a abrir urgentemente la cafetería interior de nuestro centro, de forma que la exterior pueda volver a utilizarse en su totalidad por usuarios y acompañantes.
Segundo. Que se condone el cobro del canon a la empresa de cafetería hasta que no logre salir de la grave situación de desequilibrio económico por la que atraviesa.
Tercero. Que se adopten todas las medidas que resulten necesarias para garantizar la viabilidad de los 25 puestos de trabajo de la cafetería.
Cuarto. Y que se pongan inmediato fin, en definitiva, a la estrategia de estrangulamiento económico que se viene practicando contra el personal de la empresa de cafetería del hospital Puerta del Mar.”