Antes que la extrema derecha quiera extender las vallas de Ceuta y Melilla a las costas de Cádiz y que propongan un muro en la Caleta y la Playa Victoria, haríamos bien en adentrarnos en las razones por las que una y otra vez llegan (y van a seguir haciéndolo) pateras con personas pobres y desesperadas a nuestras costas.
No hace mucho una mujer argelina relataba una realidad que vale para su país y casi toda África. Decía Laila que en un pueblo de Mauritania vivía una familia de pescadores que se ganaban la vida desde hacía cuatro generaciones. Un día aparecieron barcos pesqueros europeos y en poco más de un año desapareció todo el pescado. Arrasaron con todo. No hubo posibilidad de sobrevivir, el padre le dijo al hijo de 20 años, “No tengo ya nada para darte, debes seguir a esos barcos, donde vayan podrás tener un futuro”. Es decir, hay responsables de la miseria en África.
Las materias primas las traemos a Europa pero la derecha no quiere que vengan los perjudicados.