Desde que el Covid19 apareció en nuestras vidas el pasado año, nuestra principal preocupación ha sido y es, como combatir este virus mortal. Primero fue el confinamiento, luego la carrera por la vacuna, en medio de todo esto las cifras de contagios, la saturación de las UCI, la falta de respiradores asistidos y, sobre todo, lo más doloroso, los miles y miles de fallecimientos provocados por este dichoso virus.
En los primeros meses de esta emergencia sanitaria de alcance mundial, aunque pudiéramos pensarlo, no prestamos mucha atención a los efectos secundarios que traía aparejada la pandemia. Se activaron medidas sociales extraordinarias para intentar paliar los perjuicios económicos que el confinamiento y cierre de fronteras provocaban en las empresas y, de manera directa, en los trabajadores.
El Covid mataba por contagio, pero también mata despacio, el virus ha ampliado la desigualdad y los niveles de pobreza en todo el mundo. El informe anual de desigualdad que ha publicado la ONG Oxfam Intermón señala que el total de personas en esta situación, que son las que viven con menos del equivalente a 16 euros al día, podría alcanzar la cifra de 5,1 millones de personas, lo que supone un aumento desde el 9,2% registrado antes de la pandemia hasta el 10,86%.
Según este informe, la tasa de pobreza relativa en España pasaría del 20,7% hasta el 22,9%, lo que supone un millón de personas más por debajo de la línea de pobreza, estimada en 24 euros al día, hasta alcanzar los 10,9 millones de personas durante el 2020.
En números absolutos, el mayor aumento de personas por debajo de la línea de pobreza relativa se produce en Andalucía, con más de 270 mil personas, seguido por la Comunidad de Madrid y Cataluña.
Pero detrás de estos números hay rostros, personas, familias que han visto como de la noche al día han perdido el trabajo y con el paso de los meses, casi sin que nadie de alrededor se diera cuenta, han llegado a experimentar la pobreza.
Aquí, en Cádiz, se ha vivido estos meses con un aumento de la necesidades básicas similar al de otras ciudades españolas. Uno de estos afectados Juan nos relataba su tragedia “perdí el trabajo en marzo y en julio ya no pude pagar el alquiler del piso. A principios de diciembre me cortaron la luz, estoy en fase de desahucio y no se que hacer, jamás me pude imaginar que acabaría así” como Juan hay en Cádiz muchos nuevos pobres, gente que antes llevaba una vida normal, digna y ahora se ven obligados a pedir ayuda.
Los servicios sociales del Ayuntamiento de se han visto desbordados, el pasado año el personal especializado en trabajo social encargado de atender las necesidades de la ciudadanía tuvieron que redoblar sus esfuerzo, con un hándicap añadido, el confinamiento era para todos.
Una labor que ha seguido en primera persona el propio alcalde gaditano que es el primero en reconocer el esfuerzo realizado por el personal “Es verdad que el momento es complicado, que los servicios sociales de todas la ciudades están desbordados, porque nunca antes se habían enfrentado a una pandemia y sus consecuencias. Pero también es cierto que el personal de atención social están realizando una labor enorme. Son muchísimas ayudas que gestionar”.
No se trata solo de la falta de comida, es que muchas familias tienen sus casas y han dejado de pagar los recibos de la hipoteca, la luz, el agua o no pueden pagarse un tratamiento médico o simplemente comprar el material escolar para sus hijos.
De hecho el pasado año, el Ayuntamiento de Cádiz a través de sus servicios sociales gestionaron un total de 22.070 ayudas, de las que más de 7000 estuvieron relacionadas con el impago de alquileres y 6754 con el suministro de luz.
Kichi ha señalado que “ Desde que comenzó la pandemia hemos puesto todos los esfuerzo necesarios para que nadie se quede atrás. Ahora mismo invertimos en asuntos sociales más que nunca” a pesar de la dificultades económicas del propio consistorio gaditano “lo hacemos con un ayuntamiento endeudado, aunque la ecuación es sencilla. Lo que antes se despilfarraba en autobombo, publicidad, mamotretos y privilegios, actualmente se invierte en las personas”.
En concreto, las 22.070 ayudas concedidas por el Ayuntamiento de Cádiz el pasado año supuso un coste de 4.170.802, 49 €. De los casi tres cuartas partes se destinaron a solucionar situaciones del impago de la vivienda.
De momento el Covid sigue entre nosotros y la previsiones en cuanto a un repunte de la economía no son nada halagüeños, por lo que los niveles de pobreza se mantendrán o seguirán creciendo. Esta es sin duda la realidad que debemos afrontar, es la otra cara de la pandemia.