Hablaba un antiguo cuento infantil de un patito feo que creció y se convirtió en un bello cisne en aquél estanque… Salvando las distancias y trazando un paralelismo con Cádiz y el carnaval, pudiera ser que el tachado como patito feo, el que intentaron hundir en las turbias aguas de la desfatachez con su idea de retrasar el Carnaval de Cádiz, el alcalde José María González Kichi, termine por tornarse en un cisne entre quienes lo vieron con malos ojos.
Y es que, a tenor de los actuales datos sanitarios por la COVID 19, lo que al principio se consideró como un atentado contra la tradición carnavalera por muchos sectores de la población, poco a poco comienza a verse como una segunda oportunidad para poder disfrutar de un carnaval en toda regla durante el próximo 2022.
Todo apunta hacia un febrero bastante complicado en cuanto a la situación sanitaria se refiere. El número de contagios sigue en línea ascendente y todo hace prever que la tendencia no cambie durante la próxima semana habida cuenta de la fechas navideñas que se avecinan. De hecho prácticamente toda España se encuentra en un nivel de riesgo alto o máximo, Cádiz duplica la tasa de incidencia de apenas un par de semanas y la sombra de nuevas restricciones sobre vuela todo el país.
Parece ser que la decisión del equipo de gobierno de Kichi otorgará una segunda bola de partido al Carnaval de Cádiz.
Lola Cazalilla, concejala de cultura y fiestas del ayuntamiento de Cádiz, lo tiene claro y en unas declaraciones realizadas recientemente ha defendido la postura del equipo de gobierno: “Por nuestra parte, siempre lo hemos tenido claro, si había que elegir entre los votos o la salud, elegíamos la salud. Si había que elegir entre los votos o la vida, elegíamos la vida. Por impopular que fuera. No se trataba de ser más listos que nadie, era una cuestión de previsión y de responsabilidad. El virus no se ha ido nunca y no podíamos exponer a la gente en un escenario con tan pocas garantías, porque cuando lo que está en juego es la salud, no existe riesgo asumible, al menos para nosotros, que entendemos la vida como lo más importante.
No podíamos exponer a nuestros menores sin vacunar ni tomar decisiones que los excluyeran, tampoco podíamos incitar a las reuniones en locales de ensayo durante los meses en los que sabemos que el virus se comporta de manera más fuerte. Imaginad cómo podrían estar las cifras hoy en nuestra ciudad si hubieran estados todas las agrupaciones ensayando. El COVID sigue presente y no se podían tomar decisiones a la ligera como intentó la oposición que hiciéramos.
Recordemos que nos han llegado a llamar dictadores y han pedido nuestra dimisión cuando lo único que pretendíamos era cuidar a la gente. Fue una decisión muy difícil y lo pasamos realmente mal, pero hicimos lo que debíamos hacer, lo que debe hacer un gobernante. Por nuestra parte, no vamos a utilizar esta pandemia como arma arrojadiza, eso sí, que no nos pidan que actuemos con irresponsabilidad porque no nos vamos a dejar llevar por el oportunismo, sino por la salud de nuestros vecinos y vecinas.”
Será o no será, habrá o no habrá carnavales en 2022, pero lo que es innegable es que, habida cuenta de la agresividad que presenta el virus durante estas últimas semanas y la realidad sanitaria en la que nos encontramos, en el mes de febrero no hubiésemos escuchado ni un triste pasodoble y, en Junio, tendremos una segunda oportunidad.