La Policía Nacional ha arrestado en Cádiz a un individuo de 31 años como presunto autor de varios delitos de hurto y robo con fuerza. Según las investigaciones, el detenido habría sustraído joyas religiosas de dos iglesias de la ciudad.
El pasado 23 de mayo, el Centro de Información y Mando de la Policía Nacional (CIMACC-091) recibió una llamada del sacristán de la parroquia de San Antonio, quien informó que tenía retenida a una persona que había forzado una vitrina y robado una cadena y una pulsera que portaban una imagen de la Virgen María. Los agentes de los Grupos de Atención al Ciudadano se desplazaron al lugar y recabaron información del sacristán, quien relató cómo escuchó un ruido proveniente del área del altar y vio a un individuo huyendo. Al inspeccionar la vitrina, descubrió que estaba forzada y abierta. Otra persona que se encontraba en la puerta de la iglesia detuvo al sospechoso y le arrebató una pulsera plateada que había sido sustraída.
Durante un cacheo al detenido, no se encontraron objetos robados en su posesión. Sin embargo, cuando fue ingresado en los calabozos de la Comisaría Provincial de Cádiz y se realizó un registro corporal más exhaustivo, el arrestado sacó una medalla de oro del interior de su ropa interior.
La investigación fue asumida por el Grupo de Delincuencia Urbana debido a que en días anteriores se habían reportado casos similares de robos a imágenes religiosas en iglesias de la ciudad de Cádiz. Uno de los casos denunciados tuvo lugar en la Iglesia Conventual de San Francisco, donde un desconocido se apoderó de dos anillos que portaba la imagen de la Virgen de los Desamparados. Los investigadores lograron localizar los anillos sustraídos en una tienda de compra-oro, donde habían sido vendidos por el detenido en relación a los hechos perpetrados en la iglesia de San Antonio.
Las autoridades continúan trabajando para determinar si el detenido está vinculado a otros robos similares en la zona. Se recuerda a la ciudadanía la importancia de denunciar cualquier acto delictivo y colaborar con las autoridades para mantener la seguridad en los espacios públicos y religiosos.