Cádiz amaneció ayer entre piquetes, barricadas y cargas policiales contra quienes luchan no sólo por sus derechos, sino por los derechos de toda la clase obrera. Una mañana que resultó, cuando menos, sorprendente cuando apareció en escena una tanqueta antidisturbios en la zona. Un vehículo blindado enviado por el gobierno para “callar” una voz popular que ya no sólo se oye en Cádiz, sino que tiene eco en todo el estado.
Y es que la lucha que se está llevando a cabo en Cádiz tiene calado en toda la clase obrera de este país, máxime cuando es tan evidente el intento de criminalización a huelguistas por parte de los medios de comunicación al servico del régimen. Un régimen que comienza a temblar ante la resistencia del colectivo del metal y de tantos otros que muestran su apoyo y que intenta matar moscas a cañonazos (o con tanquetas policiales) para acallar las voces de quienes luchan por un empleo digno y por su puesto de trabajo.
Este lunes volvió a quedar claro que el colectivo del metal sigue firme en sus convicciones. Y mientras las cabezas visibles de algunos partidos “progres” se afanaban en salir en los mass media condenando la actitud del gobierno (cuando forman parte de él) ante una clara violación de los derechos de los trabajadores, los verdaderos héroes y las verdaderas heroínas se jugaban el tipo increpando a la policía su actitud en zonas donde vecinas y vecinos han visto sus barrios invadidos por tanquetas y policías sembrando el temor entre niños y adultos.
La reunión de Sevilla queda en agua de borrajas
Ayer por la tarde hubo otro intento de negociación entre las partes implicadas en el conflicto. Una reunión celebrada en Sevilla y que sirvió poco más que para nada, simplemente para emplazarse a una nueva cita el próximo miércoles. Puede que la estrategia de la patronal sea la del desgaste, la de intentar diluir las protestas entre el cansancio y la presión mediática. Lo que no saben es que están jugando con fuego, que quizás el intentar dilatar en el tiempo esta huelga lo que conlleve sea más fuerza para seguir luchando.
Quizás así de tiempo a que, quienes han condenado desde Madrid la actitud del gobierno y “defendido” la postura de la clase trabajadora, puedan venir a Cádiz y unirse a la lucha por los derechos de trabajadores y trabajadoras a pie de campo, donde se libran las verdaderas batallas…