El 16 de diciembre, los grupos parlamentarios deberán tomar postura sobre la Ley registrada por VOX con la que se proponen derogar las leyes de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid y la de Protección Integral contra LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual.
Esta semana se ha conocido el acuerdo entre el PP de Madrid y VOX para garantizar los primeros presupuestos autonómicos a Díaz Ayuso. Pasaron unos días y VOX ha salido a “cobrarse” el apoyo. Así lo hacen al reactivar el debate sobre la derogación de las leyes LGTBI en la Comunidad de Madrid.
La Asamblea de Madrid deberá discutir si acepta pasar a discusión la norma. Todo está ahora en manos del PP madrileño. Si apoya la admisión a trámite de la misma, la derogación de las leyes LGTBI seguiría su curso para ser aprobada, y cuentan con la mayoría para hacerlo. Sería el primer retroceso legal en el Estado Español en materia de derechos LGTBI, teniendo en cuenta que el intento del PP de derogar el matrimonio igualitario cuando llevaba 7 años aprobado no prosperó.
Si ya sabemos que las derechas quieren hacer retroceder estas conquistas legales LGTBI, ¿qué sucede con las fuerzas parlamentarias que supuestamente las defienden?
Algunas de las demandas históricas y años de trabajo de las organizaciones de personas trans se reflejaron en una propuesta de ley presentada en marzo de 2018 por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. Desde entonces las propias organizaciones trans han tenido que reclamar en numerosas ocasiones a UP que “sacaran la ley del cajón” ante la urgencia de su aprobación a nivel estatal.
Y es que no todo el Gobierno del PSOE-UP estuvo siempre a favor de la Ley Trans. Además del rechazo de la derecha reaccionaria y sectores de la Iglesia, algunos sectores que dicen ser de izquierda o feministas lo consideran “un ataque a las mujeres”, como el Partido Feminista, Frente Obrero, la plataforma “Contra el borrado de las mujeres” (sic) o, algunas figuras del PSOE, como fue el caso de la ex ministra Carmen Calvo. El PSOE frenó en varias ocasiones la Ley Trans hasta que aceptó un borrador de la misma que pasó de 50 a 3 páginas y que deja fuera a personas migrantes, no binarias y menores de 14 años.
Como dicen desde Révolution Permanente: “los discursos transfóbicos no sólo provienen de la derecha y la extrema derecha, sino también de las filas de organizaciones que se declaran de izquierda y progresistas.
En contraste con las posiciones de la extrema derecha y de otros políticos reaccionarios tanto de la derecha como de la izquierda que tratan de capitalizar el pánico moral, afirmamos con orgullo que formamos parte de la tradición de lucha de las personas trans y no binarias desde los disturbios de Stonewall, así como de las que siguen luchando hoy en día. Una lucha que se libra contra la transfobia que las clases dominantes no dudan en utilizar para distraer a la opinión pública de su responsabilidad en la austeridad y la gestión catastrófica de la crisis sanitaria. Estos discursos y políticas transfóbicas hacen retroceder el debate sobre el género varios siglos, en los que las visiones biologicistas, burguesas y coloniales determinaban los roles que los hombres y las mujeres asumían en la sociedad. En la actualidad, los argumentos del TERF sirven para reforzar estos estereotipos de género, al tiempo que proporcionan una base teórica a la que la burguesía puede recurrir en tiempos de crisis como los actuales.
Es esta herencia la que reclamamos. La lucha por la autodeterminación sexual y de género no se producirá sin una lucha implacable contra el sistema capitalista, para el que la explotación y la opresión son una condición sine qua non para su funcionamiento.”