Querer es poder y la ciudad de Cádiz quiere y puede.
Quiere colaborar en la medida de las posibilidades de cada vecino y vecina, de cada organización, de cada colectivo a mejorar la vida de las personas sin hogar y puede sentirse orgullosa de lo que está consiguiendo. Si hace pocos días el “abuelito” Ricardo comenzaba a dormir bajo techo dejando las calles, ayer fue Vigmanta, una persona de poco más de 50 años, la que podrá dormir más tranquilo en un piso dejando, por fin, de tener que pasar la noche entre cartones y mantas en plena calle
Y es de valorar el esfuerzo realizado por cada persona y cada colectivo, que bajo el paraguas de la Asociación Somos Cádiz, ha aportado su granito de arena para que este final feliz pueda ser una realidad.
Y por más que haya quien intente manchar el sentir y el buen hacer de la ciudad de Cádiz, contra la humildad y solidaridad que caracteriza a esta ciudad poco se puede hacer.
Esto es Cádiz.