Este sábado, grupos de derechos humanos y colectivos antirracistas denunciaron la expulsión de cientos de menores no acompañados a Marruecos, deportaciones que son ilegales según las leyes internacionales de protección a los refugiados. Desde Amnistía Internacional Ángel Gonzalo señaló que las deportaciones de menores comenzaron el viernes y continuaban el sábado. A su vez, desde Save the Children señalaron: “cualquier expulsión colectiva es ilegal, pedimos una gestión individualizada y que no se expulse a ningún menor en contra de su voluntad. Se ha de garantizar su protección”. Mientras que desde Andalucía Acoge planteaban, en el mismo sentido: “Acogidos siguiendo la legislación internacional, esta devolución en contra de su voluntad vulnera el interés superior del menor y las leyes nacionales e internacionales que los protegen.”
Durante la campaña electoral madrileña el cartel de VOX que incitaba al odio contra los menores extranjeros generó un gran escándalo. En esa oportunidad, desde Podemos y diferentes sectores progresistas pusieron el grito en el cielo contra semejante acto de xenofobia y “fascismo”. Sin embargo, cuando se trata de la expulsión de 800 niños y jóvenes reales, el silencio es ley.
La extrema derecha, obviamente, apoya la medida, aunque desde las redes sociales de VOX han pedido que “no solo afecte a lo que asaltaron la frontera en mayo, sino a todos los que hayan entrado ilegalmente”. Mientras que han asegurado que tenían “razón al solicitar la expulsión inmediata de estos menores a Marruecos”.
De esta forma, el gobierno del PSOE-Podemos hace efectiva la agenda de la derecha como política de Estado, algo que vienen haciendo los gobiernos del PP y PSOE en las últimas décadas, defendiendo la política de la Europa fortaleza, mediante acuerdos con países como Marruecos o Turquía para deportar a los migrantes.