En el Gran Premio de España de Fórmula 1, Ferrari presentó su SF-23 renovado, siguiendo la senda de Red Bull en cuanto al diseño de su monoplaza. Sin embargo, los resultados obtenidos por el equipo italiano no fueron los esperados.
Mientras que Mercedes logró colocar ambos coches en el podio en Barcelona tras su reconstrucción, Ferrari se hundió aún más. Charles Leclerc tuvo un fin de semana para olvidar, y Carlos Sainz pasó de aspirar al podio a conformarse con un quinto puesto.
Ferrari introdujo cambios significativos en sus pontones, convirtiendo las “bañeras” en algo similar a platos de ducha. La nueva configuración recuerda a la del Aston Martin, con una rampa más radical. Sin embargo, hasta ahora, estos cambios no han dado los resultados deseados para Ferrari.
Mientras el cambio de filosofía ha impulsado a Mercedes, logrando un doble podio en Barcelona con Lewis Hamilton y George Russell, Ferrari luchó para conseguir una quinta posición. Sainz continúa sin obtener un solo podio en lo que va de temporada, a pesar de partir desde la segunda posición y contar con muchos rivales rezagados.
Aunque Leclerc logró subirse al podio en Bakú, su temporada ha sido complicada. En Barcelona, terminó penúltimo en la clasificación, sin enfrentar problemas técnicos, simplemente mostrando una velocidad inferior. El Ferrari SF-23 parece ser un coche extremadamente sensible, y Leclerc lo sufrió en el Gran Premio de España.
Durante la carrera, Leclerc solo pudo remontar hasta el undécimo puesto, enfrentando dificultades para adelantar y mostrando un ritmo poco alentador. A pesar de los problemas de Fernando Alonso con su Aston Martin durante todo el fin de semana, Ferrari solo pudo asegurar una posición mejor gracias a ello, pero cada vez se encuentra más cerca de quedar en la cuarta posición entre los constructores.
El tiempo dirá si Ferrari logra pulir su nuevo estilo de coche a medida que avanzan las carreras, o si esta nueva era técnica también presenta desafíos similares a las anteriores.