No es que esta crisis no la paguen los capitalistas, es que no hay crisis alguna para las grandes empresas del IBEX35. En particular, para las que se están haciendo de oro con las subidas del precio de la energía y con las deudas hipotecarias de millones de familias: las eléctricas y la banca.
La presentación de resultados del tercer trimestre confirma que 2022 será uno de los mejores ejercicios para ellas. El oligopolio eléctrico está aumentando sus beneficios a un ritmo medio del 30% y muy cerca se sitúan también las grandes entidades financieras.
El mayor banco español, el grupo Santander, anunció que lleva ganados nada menos que 7.316 millones hasta el mes de septiembre. La principal razón de la subida es el diferencial creciente entre los tipos de interés – que se sitúan ya en el 1,25% para la eurozona y el 2,25 para Reino Unido – y los intereses con los que la banca se ha estado financiado durante los últimos años – en la zona euro a tasas entre el 0 y el 0,5% desde 2013 -.
La entidad reconoce que su extraordinaria bonanza se debe en gran medida “al aumento de los tipos de interés en Reino Unido, la eurozona, Polonia y otros lugares que favorecieron un aumento del 8% en el margen de intereses (+15% en euros corrientes debido a la revalorización de la mayoría de las divisas), con un crecimiento especialmente alto en Reino Unido (+12%), Polonia (+104%), México (+12%) y Argentina (+142%)”.
Esta lluvia de millones no cae del cielo, sino del aumento de las letras mensuales de millones de deudores. Entre ellos 24 millones de hogares que en el Estado español siguen hipotecados. Un tercio de ellas están sujetas al tipo variable y en su reactualización han visto subir la letra mensual una media de 180 euros. Si las previsiones de subidas de tipos se mantienen, este aumento podría llegar a duplicarse en 2023.
Las otras ganadoras de la crisis, las eléctricas, deben su buena fortuna al adelanto del final de mes para millones de familias que ha producido el encarecimiento de la luz y el gas de un 70% y un 30% respectivamente, según la organización de consumidores FACUA.
Iberdrola, la segunda eléctrica española en volumen de facturación, se ha embolsado hasta septiembre 3.104 millones de euros. Se trata además de una de las compañías líderes en renovables, es decir, que ha conseguido vender electricidad producida a bajo coste a los precios desorbitados que empujaba el aumento del gas a nivel internacional.
Solo estas dos grandes empresas han sumado en lo que llevamos de año un beneficio de 10 mil millones. Una cantidad que equivale casi a la suma del total presupuestado para los ministerios de Educación (5.354) y Sanidad (7.049).
De todo ello el gobierno de PSOE y Unidas Podemos seguirá gravando una pequeña porción. En 2021, según la última estadística de “Cuentas anuales consolidadas del impuesto sobre sociedades” de la Agencia Tributaria, las 200 mayores empresas solo tributaron el 5,1% de sus beneficios – frente al 19,3% del tipo efectivo.
Los llamados impuestos a la banca y las eléctricas son también una leve mordida. En el caso de la banca, la tasa aprobada por el gobierno solo afectaría a los beneficios generados en el Estado español. Para el caso del Santander solo tocaría a 1.107 de los 7.316. Para las eléctricas, el nuevo impuesto también se limita a solo una parte de sus beneficios, los obtenidos mediante la venta de todas las energías al precio de la producida con gas.
Por eso, la cantidad que se esperan recaudar es mínima comparada con los superbeneficios que esperan recaudar en 2022. De los 35 mil millones estimados para la banca y el oligopolio eléctrico, 20 mil y 15 mil respectivamente, solo 1500 millones anuales de cada uno se ingresarán por medio de los impuestos extraordinarios.
Por si fuera poco, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023, que se está debatiendo en el Congreso, incluye ayudas a las mismas eléctricas por valor de 1350 (que se incorporaron en el Decreto de Ahorro Energético), lo que supone una devolución casi completa de lo recaudado.
En el otro extremo, los salarios permanecen en una tasa de subida media del 2,5%, frente una inflación que el Banco de España espera que cierre el año en el 9%. Una merma de poder de compra que también queda sancionada en los PGE2023 para los y las trabajadores públicas. Con el acuerdo de las direcciones sindicales de CCOO y UGT, sus sueldos se revalorizarán un máximo del 3,5%, es decir, serán un 5,5% más bajos en poder adquisitivo.