Tras las elecciones generales celebradas ayer, España enfrenta una situación de incertidumbre en su gobernabilidad debido al estrecho margen entre los resultados de los principales partidos políticos. Con un bloqueo en el horizonte, el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se impuso por la mínima, pero no cuenta con los escaños suficientes para gobernar en coalición con Vox. Por otro lado, Pedro Sánchez, líder del PSOE, mantiene su posición pero dependerá del apoyo del partido de Carles Puigdemont para asegurar su investidura, ya que su aliado tradicional, ERC, sufrió un retroceso en los comicios, perdiendo 6 escaños.
Feijóo, que logró la victoria en municipales y autonómicas, no alcanzó los 150 escaños que le pronosticaban algunas encuestas. Aunque sumó 47 escaños y casi 1,9 millones de votos, solo consiguió 136 escaños en el Congreso. A pesar de la victoria, su alianza con Vox no le daría la mayoría necesaria para formar gobierno, ya que el partido de Abascal sufrió un retroceso y pasó de 52 a 33 escaños.
Por su parte, el bloque de izquierda liderado por Pedro Sánchez, que obtuvo 153 diputados, necesitaría 23 escaños adicionales para alcanzar la mayoría necesaria de 176. Su aliado ERC sufrió una fuerte caída y quedó con 7 escaños. Para asegurar su investidura, Sánchez dependerá del partido de Carles Puigdemont, Junts, cuyo líder afirmó previo a la campaña electoral que no apoyaría ni a Sánchez ni a Feijóo. La líder de Junts, Miriam Nogueras, reiteró esta posición durante la noche electoral.
A pesar del retroceso independentista, el PSC logró un importante crecimiento en Cataluña, ganando más de 400,000 votos y obteniendo 19 diputados, 7 más que en 2019. El PP también experimentó un crecimiento en la región, pasando de 2 a 6 escaños.
EH Bildu fue otro de los partidos beneficiados, logrando 6 diputados y dando el sorpasso al PNV en el Parlamento. El partido de Carles Puigdemont, Junts, obtuvo 5 escaños y el PNV perdió uno, quedándose con 5 diputados.
Con estos resultados, España enfrenta un panorama político incierto, con la posibilidad de un bloqueo en el Parlamento que podría desembocar en unas nuevas elecciones, como ocurrió en 2016 tras los comicios de 2015. La gobernabilidad del país quedará en manos de las negociaciones y acuerdos entre los distintos partidos para formar mayorías y alianzas que permitan la formación de un gobierno estable y funcional.