Ufff, por fín…
Cerrojazo al 2021. Un año para olvidar en muchos sentidos. Un año cargado de virus, algunos que provocan COVID y otros que provocan decisiones políticas que son una auténtica enfermedad para el significado de la palabra “democracia” en nuestro país.
El gobierno “más progresista” de la historia se ha convertido, por méritos propios, en el gobierno “más reculista” de la historia. Donde dije digo digo Diego y seguimos avanzando para atrás como los cangrejos. Recortes en sanidad pública, educación, servicios sociales o derechos laborales entre otros muchos son trozos de una maltrecha bandera tras las que se escudan gobierno, patronal y grandes empresas para subir la luz a niveles estratosféricos o seguir inyectando dinero a los sindicatos “mass media” que siguen haciendo el baile al gobierno como títere a su titiritero.
Si hay un hecho más que simbólico que resume a la perfección la labor del ejecutivo este , y que desenmascara al progresismo reformista que nos gobierna, es la tanqueta que sacaron a la calle en un barrio obrero de la Bahía de Cádiz. Podríamos decir también la continuidad de la Ley Mordaza o la Reforma laboral (pese a la campaña mediático-publicitaria que intenta decir lo contrario y que cuenta con el apoyo de la patronal) o la subida de la luz a límites imposibles para las familias de trabajadores, son señas de identidad de la dupla PSOE/UP, experta en vender humo y azuzarnos con el miedo de «o nosotros o la derecha» (¿¿??), pero la tanqueta enviada por el ministerio del Interior a reprimir la lucha obrera, es de tal gravedad y refljeo de la trinchera en la que se encuentran, que hace cuestionar, por enésima vez, si el célebre «Sí se puede» era esto…