Como diría Lope de Vega, “todos a una Fuenteovejuna”. Esto fue lo que sucedió ayer durante el acto que VOX llevó a cabo para vanagloria de su diputada Macarena Olona que estaba de gira, cual artista presentando su disco de música pachanguera, por la provincia.
Un disco que debía ser muy malo a tenor de la poca asistencia en apoyo a su discurso cargado, como siempre, de claras expresiones anti democráticas y llenas del veneno propio de la extrema derecha. Y al otro lado del cuadrilátero, un numeroso grupo de personas que trataron y consiguieron boicotear el acto. Chavales jóvenes que tienen claro que la derecha no tiene sitio en Cádiz y que, a viva voz, quedaron por encima de la megafonía llevada por VOX a las puertas del ayuntamiento.
Como no podía ser de otra forma, un fuerte dispositivo policial entre unos y otros. Habida cuenta de lo que VOX suele provocar con sus discursos, es normal que quieran resguardarse a base de furgón policial y antidisturbios. Pero esta vez quienes se manifestaron lo hicieron bien: cánticos que colapsaron el mediocre discurso de VOX, una actitud más que respetable y un breve momento de tensión para dejar claro que no se iban a amedrentar por más cordón policial que formaran alrededor de la escasa manada que acudió al acto de apoyo a la formación de extrema derecha.
Como dicen que la historia la hace quien la cuenta, quien escribe estas líneas y estuvo presente ayer por la tarde en la concentración cuenta la historia como la vio y como la vivió. Y quien se dedique a menospreciar a quienes alzan la voz contra la extrema derecha tachándolos de perroflautas o hippies, que sepan que ideológicamente iban mucho más limpios que quienes asistieron al acto de VOX soñando con volver a vivir los tiempos del franquismo.